¿Los animales se pueden suicidar?

¿Los animales se pueden suicidar?

Realmente se suicidan los animales? ¿pueden llegar a un grado de desesperación como para hacerse daño a sí mismos? La respuesta no es sencilla pero hay indicios de que podría ser cierto.

En el año 1965, la investigadora en comportamiento animal Margaret Howe Lovatt, enseñó varias palabras en inglés al delfín Peter. Tras perder los fondos para su investigación, Peter fue trasladado a un minúsculo tanque donde apenas podía moverse y al poco tiempo se deprimió. Lovatt asegura que un día se suicidó negándose a respirar.

La BBC exploró esta posibilidad en el documental llamado " La mujer que hablaba a los delfines". Poco después aconteció un caso similar.

En los años setenta, el entrenador de delfines Ric O'Barry, confesó que la delfín que él entrenaba, llamada Kathy, un día sin saber por qué saltó a sus brazos y mirándole a los ojos, paró voluntariamente de respirar para después desaparecer en el fondo de la piscina que había sido su prisión, dejando así de existir para siempre.

En la mayoría de las especies lo más frecuente es la muerte por inanición cuando pierden a un ser querido. Existen casos de chimpancés, gorilas, elefantes y aves como los guacamayos, los cuales tras perder a sus parejas o amigos de zoológico, parecen perder la ilusión de vivir y se niegan a ingerir alimento aunque estén completamente sanos, lo que incondicionalmente les lleva a la muerte.

Una mezcla de melancolía y tristeza les provoca depresión. Los síntomas previos a un suicidio animal, son idénticos para algunos de ellos con relación a los humanos: ansiedad, pánico y aislamiento. En esos contextos de sufrimiento, los animales y personas se hacen daño a sí mismos. Se golpean la cabeza sin parar una y otra vez. O también se arrancan el pelo o la piel. Precisamente, los caballos, conejos y ratas que sufren de ansiedad se auto mutilan, especialmente justo antes de la madurez, como ocurre con los adolescentes humanos, el grupo más vulnerable a los suicidios.

En el caso de los perros por ejemplo, sufren mismos síntomas cuando fallece el amo y se niegan a alimentarse con la comida que le ofrece otra persona que los cuida. Al hacer esto, de alguna manera están alcanzando un suicidio.

La reproducción suicida:

Algunos animales mueren tras dedicar toda su energía al apareamiento, lo que ayuda a su esperma y a sus genes para reproducirse. Es lo que se conoce como reproducción suicida.

La reproducción suicida es común en la naturaleza. El salmón, los insectos y algunas ranas y lagartos, así como muchas plantas, se reproducen de esta forma. En cambio, en los mamíferos es muy poco frecuente, y solo se da en algunas especies de marsupiales.

El concepto de muerte es un pensamiento muy sofisticado para que lo entienda un animal. Los animales no podrían suicidarse porque no tienen la capacidad de premeditar como nosotros, los humanos.

Pueden matarse como consecuencia de una conducta innata marcada en sus genes o imitando un comportamiento de algún semejante pero no podrían planear un suicidio si no entienden o no tienen consciencia de lo que es realmente la muerte y sus consecuencias.